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Libertad es un concepto mental, exclusivo del ser humano, siendo un acto interior y de reflejo automático, la libertad se enfrenta al efecto que produce en nosotros la obediencia a la autoridad. Generándonos interiormente algún tipo de violencia o rechazo.

La libertad es el atributo natural más preciado por el ser humano y queda especificada como la prerrogativa de albedrío o libre albedrío al tomar una decisión.

En los orígenes de la humanidad todos disponíamos de este atributo natural y, el ejercicio del poder y la mezquindad de ciertas personas, la secuestró, la dosificó, trafico con ella y nos la vendió.

Teológicamente este atributo de la libertad la heredamos directamente del Creador; las institución terrenales que se adjudican su mediación y administración, que son las instituciones religiosas, la han desarrollado con el bien en un extremo y el mal en el otro y con sus estados intermedios.

La graduación de la libertad en el Panteísmo, se realiza con la intromisión de la figura de Dios en todos los aspectos de la vida a tal punto que nada exista fuera de él; Nisi dominum frustra (Sin Dios todo es en vano).

Con el transcurso del tiempo y con la evolución de las ideas en el siglo de las luces, así como con la modificación de la definición del poder, la cultura y la política; podemos, actualmente pensar que, gracias a la voluntad de algunos personajes históricos, que enfrentándose a los poderes absolutistas redactaron heroicamente las Constituciones, que fue debido a su sacrificio (la mayoría de éstos masones); así fue que hemos recuperado a través de las democracias subsecuentes algo de esa libertad secuestrada.

Actualmente, no tenemos que pedir permiso ni autorización para hacer nuestra simple vida de cada día. Esto quedó resumido en el Discurso sobre la Constitución de Francia, pronunciado en la Convención el 24 de abril de 1793 por Louis Antonie de Saint-Just.

“Pronto las naciones ilustradas procesarán a quienes las han gobernado hasta ahora.
Los reyes serán enviados al desierto a hacer compañía a las bestias feroces a las que se parecen, y la naturaleza recobrará sus derechos.”

Se desprende que la libertad es un hecho innato en el ser humano.
La libertad es un término muy acusado cuando protestamos y, lo hacemos cuando sentimos vulnerado o transgredido nuestro derecho como Ser Social sujeto a la Ley. Aunque debemos pensar que nuestros derechos inherentes como sujeto y nuestra libertad terminan donde nace el derecho del otro. La libertad es una práctica, es decir, se sabe que uno es libre cuando ha decidido actuar por su voluntad no hay nada que se lo impida, esto independientemente del mesurado y cuidadoso uso de la libertad.

Libertad y tolerancia son simbiosis sociales y, a la vez, son virtudes masónicas que se necesitan mutuamente debido a que no todos poseemos la misma noción limitante o inhibitoria y que hace que coexistamos en paz y armonía. Quien obra con libertad es también tolerante y quien es tolerante obra con libertad.